jueves, 21 de diciembre de 2006

Las historias del abuelo

Queridos nietos, les cuento que en mis tiempos nos divertíamos con películas como las de Bud Spencer y Terence Hill, donde cualquier excusa era buena para empezar a repartir golpes, a los que yo bauticé "chinampinazos" por el sonido tan chistoso que hacían (como cuando avientas una chinampina al piso). Me acuerdo re bien de ese par, uno guerito de ojo verde y el otro barbón con cara de pocos amigos. Ahí cuando puedan me compran la de Juntos son Dinamita y la vemos juntos, para que se rían un rato. Ora que si quieren asustarse mejor vemos La Mancha Voraz, donde cae un meteoro del espacio y adentro viene una cosa gelatinosa que se come a todo el mundo. Luego en la tele teníamos a un señor que se ponía a darle cuerda a sus juguetes entre una caricatura y otra. Ese era el tío Gamboín... y tenía un club de sobrinos que le escribían sus cartitas a mano (no como ahora) para que las leyera al aire. También estaba Rogelio Moreno, que organizaba paseos a Dineylandia y me contaban que se ponía hasta su madre en pleno viaje, bien borrachote e irresponsable. Y aunque no me crean, sólo teníamos siete canales de televisión, no los 10 mil que hay ahora. Y sólo transmitían un rato, no las 24 horas. De juguetes teníamos al Madelman, un muñeco barbón que venía con traje de buzo y un montón de mugres pa vestirlo. O el Hombre Nuclear, que daba karatazos si le picabas la espalda y podía ver a través de su ojo biónico, nomás faltaba que hiciera el ruido ese de cuando brincaba en su programa, jejeje. Ah, y el hombre elástico, que podías estirar y regresaba a su forma original al menos las primeras veces. Luego se rompía y empezaba a escurrir algo como resistol, entonces lo metíamos al refrigerador para que no se fuera a vaciar todo, pero se ponía durísimo. En los tianguis encontrabas monos de Buck Rogers o los Duques de Hazzard y la onda era comprar figuras de Star Wars, que había por montones (incluso de personajes que apenas salieron unos segundos en la película). También me acuerdo de las tarjetas Garbagge pal Kids, que estaban bien tétricas... todas llenas de niños sacándose los ojos, cortándose en pedazos y no sé qué más. Obviamente eran la sensación entre los chamacos de la secundaria. Y qué duros estaban los chicles que traían dentro, pero igual nos los comíamos... zzzzzzzz

- Mamá, ya se durmió el abuelo.

7 comentarios:

ClickSocial dijo...

Jejejeje, tocaste un tema que podría durar días enteros :D

Por ejemplo, la programación que veíamos en ésos siete canales, los comerciales súper-chafos que nos teníamos que chutar, la descripción de los juegos del atari (la última moda en ése entonces, jejeje), y un largo etc.

¡Ah, qué tiempos! Jejeje, ya me llegó el sentimiento de abuela :P

Señor Rivera, me imagino que seguiremos escribiendo por aquí, aunque los demás huyan a sus vacaciones, y nos dejen en la blogsfera divagando.

De cualquier manera, me permito dejarte aquí los mejores deseos para ésta Navidad. Que te la pases de lo mejor con los que quieres :D

Un abrazo.

EL "LIC" dijo...

Erika: Temo que tienes razón. Ya todo mundo se fue de vacaciones y ni adiós dijo. ¿Valdrá la pena escribir estos días que no habrá gente? Quizá podamos hacer algo juntos, discutir sobre un mismo tema o algo, al fin que yo no voy a salir tampoco. Y bueno, si no te veo (o leo, más bien) pues que también te pases unas felices fiestas en compañía de tu familia y amigos. Respecto al tema de hoy, me parece curioso que cualquier cosa que yo recuerde es desconocida para las nuevas generaciones y me hace sentir viejo a mis 34 años. Así debió sentirse mi abuelo cuando contaba sus historias, jejeje. Besos. :)

ClickSocial dijo...

Señor Rivera, definitivamente, yo no pienso desaparecer.

Éstas fechas para mí son extremadamente nostálgicas, y generalmente, es un sentimiento que debo eliminar de mi rostro frente al mundo. ¿Te fijas cómo sufro?, jajaja.

Por lo tanto, mi blog es el único lugar de desahogo... ahí puedo ser un poco 'grinch' los 365 del año.

Te agradezco de corazón los buenos deseos para éstos días, y si de cualquier manera, decides desaparecer igual que los demás,
prometo cuidarte el changarro :P

Respecto al tema de hoy, la tecnología ha avanzado tan rápido de nuestra generación a "las de ahora" (comentario de abuela), que a veces parece que la distancia de alguna manera es más larga, ¿será?.

Besos :)

Yaoteka dijo...

Órale, también me acordé de aquella película de "Me llaman Trinity". Ta chida.

Un abrazo Lic.

Claudia dijo...

Ja ja, Miguel, me hiciste reír mucho y creéme que lo necesitaba. Las tarjetas esas, me acuerdo que en la secundaria estaban súper prohibidas.

Te mando un besote, y sorry por la ausencia, el trabajo me mantuvo alejada de mi blog y mis queridísimos blogeros, pero me pongo al corriente...

Bss ♪♪♪♪

Por cierto, el que decía que no tenía nada que decir, se me hace que de verdad no tuvo que decir, jaja, desapareció de la blogósfera.
:P

Anónimo dijo...

Todavíá nos encontramos aquí; aunque usted no lo crea.

Muy buen post... nos hace recordarch viejitoch tiemmposhhh

Y un abrazo en estas fechas y aunque no fueran estas fechas, de todos modos se le envia un fuerte abrazote.

Siempre
Claudia Sofía

EL "LIC" dijo...

Erika: Desahógate todo lo que quieras aquí y allá, siempre es bueno exteriorizar lo que sientes y eso te ayuda a sentirte mejor. Por cierto, el dibujito que usas no lo había entendido hasta que lo vi en grande, me gusta mucho. Besos.

Yaoteka: No estoy seguro de cual película hablas. ¿Es aquella donde Terence Hill sale de vaquero, repartiendo cachetadas cada que alguien se tarda en desenfundar? jejeje, que chistosa está esa escena, pero tú dime si estoy bien o no. Saludos.

Tina: Gracias por tus amables palabras, recibir un halago tuyo es como una recompensa al esfuerzo pues no lo haces muy segido. Espero que tu fin de semana sea muy bonito y lo pases con las personas que más quieres, besos.

Claudia: Me da un gusto enorme que te hayas divertido con mis ocurrencias por unos minutos. Y supongo que esas tarjetas las prohibieron en todos lados porque estaban bien maléficas, pero cuando te prohíben algo es lo que más se te antoja. ¿A poco no? jejeje. Te mando un abrazo.

Claus: Gracias por el abrazo. Recordar es volver a vivir, aún si no tienes idea de qué estoy hablando en este post pues tuvimos infancias bien distintas. Pero todo mundo vivió el fenómeno Star Wars, eso sí. Y en aquel entonces no los vendían en tiendas sino en la fayuca. Ah, que tiempos aquellos.