El trabajo con mercenarios

Como los veo muy preocupados por mi larga ausencia les platico que yo no tengo un trabajo como el resto de la gente, no checo tarjeta ni comparto oficina con otras personas, pero sí respondo a un jefe al que llamaré X a partir de este momento. La situación es la siguiente: puedo pasar inactivo días enteros (incluso semanas), pero cuando X llama debo responder de inmediato, lo que implica trasladarme a los distintos destinos donde es requerida mi presencia. Una vez en locación se me pone al tanto de todo lo que necesito saber para iniciar y la verdad es que me gusta trabajar solo, pues así soy más rápido y eficiente; pero cuando la misión exige la presencia de otros especialistas, entonces recurro a la gente que me ha apoyado en el pasado y en quienes puedo confiar por su talento y capacidad; sin embargo, no es raro que de vez en cuando aparezcan personajes que suplen a otros miembros del equipo en distintas actividades y esto nunca es bueno, pues suelen hacer más complicada una tarea de por sí bastante riesgosa y delicada. A X no le interesa cómo se lleve a cabo el trabajo, mientras los resultados sean favorables, por lo que tengo completa libertad de acción para dirigir al equipo. Pero por tratarse de mercenarios, cada uno hace las cosas a su manera y busca sus propios intereses, eso dificulta el trabajo y en ocasiones genera conflictos internos que sólo se pueden resolver al despachar a quien da problemas, incluso durante el transcurso de la misión. Los tiempos para el desarrollo del trabajo siempre son irreales y se espera que cumplamos sin excusa ni pretexto. La tensión crece conforme pasan los minutos y debo aparentar calma en todo momento pues un líder no puede entrar en pánico frente a sus subordinados. Finalmente, cuando todo acaba de manera exitosa, X aparece en escena para adjudicarse el crédito y llevarse los aplausos del público... y el equipo simplemente se esfuma, al menos hasta el siguiente llamado de emergencia. Así es un día de trabajo en el ambiente de los mercenarios, también conocidos como diseñadores freelance. ¿Qué tal?