jueves, 27 de octubre de 2011

Tu deuda en ceros

Ya había oído hablar de eso. Era como un secreto a voces, pero con un toque de leyenda urbana, la posibilidad de que el banco perdone tu deuda sin importar qué tan grande sea. Les explico: hace algunos ayeres, mi madre decidió sacar una tarjeta de crédito con el Banco Internacional, que después cambió su nombre a Bital y finalmente HSBC. Y quizá no lo saben, pero un día cualquiera los intereses bancarios se fueron hasta el cielo, de manera que los tarjetahabientes vieron duplicada su deuda simplemente porque el país tuvo un pequeño tropiezo financiero. Y así empezó un problema que duró años, tiempo en el que mi madre hizo todo lo que pudo para cubrir los pagos que el banco requería, pero sin bajarle ni un peso al adeudo. De hecho, la suma subió tanto que tan sólo el pago mínimo era de 9 mil pesos mensuales. Haciendo cuentas, ella pagó 3 veces la cantidad que debía sin poner fin a su compromiso. 

Por tanto, un día simplemente dejó de pagar, argumentando que ya no era posible seguir haciéndolo. O pagaba o comía. Incluso trató de negociar con el banco para no tener problemas, pero no hubo acuerdo. El banco quería su dinero y ya no había forma de dárselo, así que los mandó al diablo. Y al día siguiente comenzaron las llamadas diarias, los recordatorios de que no había pagado y las visitas para exigir el pago. Pero ella no se dejó intimidar, más bien empezó a ahorrar la mitad de lo que daba al banco para cuando llegara el momento. Y un año después llegó la oportunidad que estaba esperando: una carta en la que el banco prometía poner fin a la deuda si pagaba el 20% del total. Aún así era mucho dinero, pero con lo ahorrado esos 12 meses pudo completar el trámite y olvidar por fin esa pesadilla.

Yo no creí que fuera posible una cosa así, sobre todo porque los bancos tienen fama de ser usureros despiadados, pero supongo que mucha gente está pasando por la misma situación y ahora la política es: de lo perdido, lo que aparezca. Mi recomendación para todo el que lea esto es que se evite líos y no saque tarjetas de tiendas ni bancos, pero si ya tienen una deuda gigantesco, es preferible ahorrar el dinero en vez de regalarlo en pagos de intereses ridículamente altos y pagar cuando llegue la oportunidad. Suena increíble, pero yo lo viví y es verdad.

No hay comentarios: