sábado, 20 de diciembre de 2008

lunes, 15 de diciembre de 2008

¿Y ese anuncio... qué anuncia?

Como parte de un experimento científico y antropológico (ajá), he decidido agregar unos bannercillos en el blog que tienen como fin hacerme millonario, jajaja. No, ya en serio: se supone que esas cosas tienen un contador de clicks, y cada vez que alguno de ustedes le pica, alguien dona un centavo a mi parroquia. Yo realmente no sé qué tan cierto sea eso, pues ¿en qué beneficiaría a Google que un millón de tipos se pongan de acuerdo para meter anuncios en sus blogs y luego los otros 999,999 le dieran click al banner del amigo? Nomás en que el resto del mundo pensara que Google tiene presencia en un millón de blogs y que quizá es "el patrocinador oficial" de todos esos weyes. :p

Yo, por ética profesional y la manga del muerto, no puedo pedirles que le den click a nada que tenga pinta de anuncio en este blog, pero sería realmente interesante ver qué pasa cuando empiecen a llenarse las arcas con dinero. Y pueden estar seguros de que llegaré hasta el fondo del misterio de los banners que aflojan lana, ya sea para acusarlos o recomendarlos con toda la banda. Así que, si quieren unirse al experimento, empiecen por googlear algo en el buscador de arriba, por ejemplo: frases célebres del Chómpiras y la Chimoltrufia o vida y obra de pensadores ilustres, como Alfonso Sayas y Rafael Inclán. Ya saben que todo el conocimiento del universo está disponible en los buscadores de Google, sólo tienen que dedicarle un ratito. Y lo mejor de todo es que, a ojos de los demás, parece que están haciendo algo de provecho cuando en realidad nomás están perdiendo el tiempo de lo lindo. Pero antes bájenle el volumen a la computadora, no los vaya a delatar con sus compañeritos cuando empiece a sonar la música. Nos vemos.

PD. Este post fue patrocinado por: Milano, El Sardinero, Videovisa, Burger Boy y refresco Pascual. Puras marcas vigentes en la mente del público. :p

domingo, 14 de diciembre de 2008

Adiós, EGM


¡Híjoles! Me acabo de enterar que mi revista favorita ya chupó faros, que gacho. Bueno, ni tan favorita, pero es la única que he comprado por años, sin fallar ni un mes. Les explico: como siempre he sido fan de los videojuegos, solía leer cualquier cosa que tuviese una mínima relación con el tema, pero con los años me fuí volviendo más exigente y de las cuatro o cinco revistas que compraba, me quedé con sólo una: Electronic Gaming Monthly. También era fan de Gamepro, pero cuando me di cuenta de que eran unos vendidos y reseñaban con 10 juegos que eran una basura, los mandé al diablo. EGM, en cambio, siempre se caracterizó por decir la verdad, aunque todos los fabricantes afectados hicieran coraje.

Y además de sincerotes, estos cuates tenían un diseño muy bien logrado que le daba mucha personalidad a su publicación, el cual fue cambiando con el paso del tiempo. A principios de los 90s, su look era juvenil, con colores brillantes y fondos alucinantes, pero luego vino el rediseño que los consagro... y que yo odié al principio, pues de pronto todo se volvió seriedad y elegancia. Los fondos de mil colores cambiaron por simples blancos y mucho orden. Esto duró como tres años, los mejores de EGM según yo, pero después vino otro cambio que lo arruinó todo. El nuevo diseño dejó mucho que desear, pero como afortunadamente la revista ya tenía presencia en México, pude darme el lujo de dejar de comprar la versión gringa, que entonces costaba cerca de $80 pesos, y empezar a coleccionar la edición en español, que apenas costaba $25 pesos.

Y seis años después, me entero de que EGM México se termina por culpa de la inestabilidad económica que azota al mundo entero, y la versión original está por cerrar sus puertas, luego de casi veinte años en el negocio. Es una lástima que todo lo que empieza tiene que acabar alguna vez, pero así es la vida y sólo nos queda esperar que algo bueno venga de todo esto. Adiós, EGM. Seguro mi hermano también te extrañará, aunque le molestara que yo confiara tanto en sus recomendaciones. :/

viernes, 12 de diciembre de 2008

¡Qué confianzudo me salió este chavo!

Ayer que volví de mi viaje a Acapulco me encontré con la novedad de que mi casero se metió a la fuerza a mi cuarto, por lo que mandó traer un cerrajero para abrir mi chapa pues era muy importante entrar, según él. Y lo más insólito de todo es que me lo comentó como si fuera la cosa más normal del mundo. Quizá en su rancho es muy común violar cerraduras y entrar sin permiso a las casas, pero para mí eso es abuso de confianza a la doceava potencia. Y lo peor es que se lo tuve que explicar como si fuera un niño de 12 años, aunque mentalmente quizá sí lo es: "No, no puedes andarte metiendo en cuartos cerrados así nomás, tienes que ser prudente y respetuoso con las cosas de los demás... maldito imbécil". Y ya me había advertido que quería entrar, pero le dije que eso no era posible porque yo no estaba en la ciudad, pero que en una semana con gusto le abría... y le valió mayes. De pronto le entró el complejo de "en mi casa mando yo" y se aventó como el Borras (que no sé quién sea, pero todo mundo lo menciona para referirse a que la gente hace las cosas a lo wey y sin pensar). ¡Y tómala, campeón! :p

Lo bueno que el tipo no es ratero, pero luego de su proeza me dieron ganas de irme sin avisar justo ahora que ya toca pagar renta, aunque me da flojera empezar a buscar otro lugar donde vivir. Y a pesar de que el sujeto está convencido de que todo inquilino le tiene que dar copia de su llave al casero, yo creo que lo mejor es que no ande tramando sonseras y se quede atrás de la línea, al menos mientras siga recibiendo su dinero. Y hablando de lana, como que está empezando a escasear ¿no? :p

jueves, 11 de diciembre de 2008

martes, 2 de diciembre de 2008

The Guild


Hoy vengo a platicarles de un tipo específico de internauta: el llamado "enajenado sin vida social". Esta persona se caracteriza por vivir pegado al internet, jugando World of Warcraft o algo similar, y sólo conviven con otros seres humanos por medio del mismo juego, formando alianzas con otros enajenados para combatir juntos al enemigo, dentro de su propio mundo fantástico. El problema con estos enajenados es que se clavan tanto en el juego que se olvidan de las cosas deveras importantes, como la escuela, el trabajo, los amigos, la familia y todo eso. Quizá ustedes conocen alguien así, o quizá lo ven todos los días en el espejo (jejeje), pero este post no pretende regañar ni aconsejar nada, sino más bien comentar que ayer ví una cosa muy chistosa por internet. No se puede llamar serie de TV porque no la transmiten por TV y tampoco dura el tiempo suficiente para llenar media hora de programación. Es más, la temporada completa apenas dura media hora, pero vale la pena verla. Es la historia de un grupo de enajenados que se la pasan jugando en línea y su intento por convivir en la vida real, se llama The Guild y pueden verla aquí. La razón por la que me pareció tan divertida es que retrata muy bien las actitudes del videojugador enajenado promedio, lo malo es que está en inglés y no tiene subtítulos, pero si tienen cuenta en Xbox Live la pueden bajar gratis (y con letreritos). Yo me reí mucho con este grupo de antisociales desubicados y ya espero la siguiente temporada. Por cierto, parece que el experimento ganó varios premios en los eventos donde fue proyectada, y como no, si todos conocemos a alguien que se comporte como alguno de estos enajenados... y lo único que podemos hacer es reír y esperar que ellos mismos se den cuenta de que tienen un problema. Que se diviertan.
^_^

PD. Oigan, si planean ver los 10 episodios juntos, me parece que youtube es una mucho mejor opción, porque jalan más rápido y no tienen el beep! que le ponen a las groserías en el sitio oficial. Nomás escriban the guild en el buscador y listo.