La convivencia con blogstars

El post de hoy está dedicado a las dos únicas blogstars que he tenido el honor de conocer personalmente (y en persona) durante mi estancia en esta villa del Señor: Susana y Erika. Recuerdo que Susana un día apareció por mi viejo blog y se volvió cliente frecuente, por lo que pasamos de pelear en los comentarios a pelear en el Mazinger, y luego vino el esperado encuentro máscara contra cabellera, en vivo y a todo color. Y como ella es bien fan del cine de arte, acabamos viendo un peliculón llamado La Vírgen de la Lujuria en una sala donde el único tipo presente (además de nosotros) estaba muy ocupado frotando no sé qué rayos en un rincón. Pero antes de que se emocionen, les digo que la película no tenía ni 0.5 segundos de sexo o erotismo, por lo que el título nomás fue para despistar al enemigo. Pero a pesar de lo rara que estuvo la movie me divertí mucho, lo que dio pie a otra reunión, aunque ahora en territorio neutral, o sea en el Centro de Coyoacán. Claro que lo correcto hubiera sido ver juntos una película de Van Damme ¿no? siquiera para que se equilibrara un poco la cosa, pero pues ya no hubo forma. :p

Tiempo después conocí a otra chava que me cayó muy bien (blogera, por supuesto) y después a su hermana, Erika, igual de simpática y ocurrente. El problema era que, a pesar de que nos llevábamos ATM, vivíamos a chorro mil kilómetros de distancia, por lo que nunca pensé que las conocería en persona. Y de pronto un día me llegó un mail de Erika preguntando si tenía tiempo de pasar a verla. Entonces dije: "A chin... pos si no tengo lo invento". Y que me lanzo a buscarla a una tal plaza Antares, que en ese tiempo no era muy popular. Ese día nomás platicamos un rato y luego la acompañé a su hotel, que casualmente estaba a 10 minutos de donde yo vivía. Hoy ya no tiene tiempo de hacer blogs esta mujer, pero me la sigo encontrando en el Mazinger (justo ahora acaba de entrar), pero esas reuniones entre blogeros me parecen muy padres, porque pasas de platicar por escrito con alguien que te conoce incluso mejor que tus cuates a convivir en persona, de una manera mucho más espontanea y divertida. Y si después tengo el honor de conocer a cada uno de ustedes, me sentiré todavía más honrado, nomás acuérdense de que el nerdcito es mi tarjeta de presentación, pero no nos parecemos en nada realmente. ^_^