No cabe duda que el sentido común es el menos común de los sentidos.
Al menos así lo demuestra esta película, donde sus protagonistas parecen tener el coeficiente de un montón de ovejas (sin ofender a las ovejas, claro). Bueno, pues resulta que un buen día llega la niebla a una región apartada de EU y con ella una invasión de mostros de otro mundo (¡ay, wey!), por lo que un grupo de pueblerinos queda atrapado en una tienda, a merced de los bichos intergalácticos y de su propia estupidez. Afortunadamente el Punisher está con ellos (o sea, el que salió de Castigador en esa otra película), por lo que trata de mantenerlos con vida el tiempo que dura la gringada.
¿Entonces es una mala película? Depende. Si les gusta el cine clase B, de bajo presupuesto y mucha sangre, se la van a pasar a todo dar. Aunque yo no soy fan y admito que me tuvo entretenido un rato. Incluso llegué a preocuparme por esos pobres diablos pues, hagan lo que hagan, parecen estar condenados a muerte. Pero ¿qué creen? Al final no importa qué tan rudos sean los bichos, porque la raza humana siempre será la especie dominante en el planeta, para bien o para mal. Así que ya saben, vayan bajo su propio riesgo o ahórrense el sufrimiento innecesario. Recomendable para pasarse un domingo en casa. Y como despedida, los dejo con este diálogo magistral, producto del genio de Sthepen King:
- No, ¿qué mostro ni que nada? Ábreme la reja, ahorita vengo. ¡Ay, ayúdenme, me come...! :p
3 comentarios:
Me recordó cuando vi la última de Alien contra Depredador, que los seres humanos parecían un montón de ovejas asustadas, listas para volverse barbacoa...
Supongo que en esos casos las estrellas son los monstruos, y pues por eso hay que hacer como que no vemos la cantidad de inconsistencias en el guión y total ausencia de sentido común en los humanos (mmm... aunque yo conozco a varios individuos que se ajustan a ese comportamiento, jeje).
Saludos, Lic.!!!
Yo quiero leer The Mist nada más porque está ligada a La Torre Oscura.
Me matuvo entretenido y digamos que me pareció buena hasta el final, porque aunque siempre he criticado los finales rosas, en esta ocasión me sentí mal por el pobre hombre, y confieso que hasta algo triste, bueno, un poquito nada más, jajaja.
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