El Festín del Sabor

Todos los que conocen a mi mamá coinciden en una cosa: ¡cocina muy rico! Por eso no me extrañó que quisiera poner su propio negocio de comida. Y ¿qué creen? Luego de un año de planeación, por fin abrió sus puertas (o más bien: su cortina de acero) El Festín del Sabor. Sí, el nombrecito no es nada fabuloso, pero como las otras opciones tampoco eran lo máximo, se convirtió de inmediato en el elegido de los dioses. Y hablando de elegidos, ¿quién sospechan que tuvo que hacer el logo y la imagen del local? Pos yo mero, porque no había nadie más que se encargara del bisne y porque de alguna forma tenía que cooperar con la causa. :p

Y a pesar de que me eché el diseñito en 2 horas, no se ve tan pior ¿no? ¿o qué? Luego hubo que meterlo en menús y una lona para la entrada, la que tampoco quedó mal... a pesar de que los impresores se veían bien flojos e improvisados. Y luego de tanto circo, el fin de semana por fin fue la inauguración del restorán familiar, o mejor dicho: la fonda de los parientes. Al evento asistieron unos primos, 12 curiosos, un cura y un perro sin dueño (de esos que nunca faltan), y sobre la marcha se fueron arrimando otros transeúntes, hasta que se terminó la dotación de comida. La verdad, no pensé que fuera a ir tanta gente, pero ojalá sea así siempre, para que El Festín del Sabor se convierta en una franquicia famosa y puedan pasar a visitarla sin importar dónde se encuentren. Bueno, con que sobreviva el local durante los próximos 6 meses me conformo, pues sale bien caro comprar todas las cosas que hacen falta para que jale la cosa. Yo de entrada les sugerí que pusieran una televisión sobre el refrigerador para que los comensales vean Betty la Fea y todas esas cosas que se acostumbran en una fonda "de prestigio", pero se aceptan más ideas para que el negocio prospere. ^_^