¡Chale! estando a unos días de presumirles los adornos navideños que ponen por mis rumbos, resulta que siempre no. De un día para otro recogieron todo su tiradero y se canceló la celebración por culpa de la nueva línea del metro que están construyendo y que pasará justo frente a Liverpool Insurgentes. ¿Qué tal, eh? Por un lado nos privan de esa alegría (sobre todo de ver a la gente caer mientras patina en hielo) y por otro nos ocasionan un bello tráfico que hará más difícil llegar a tiempo al trabajo. Nada como un montón de buenas noticias para empezar la semana.
Pero bueno, "a lo hecho, pecho". O, como dijera una secre de por acá: "el que no llora, no mama" (que supongo es muy normal en Chiapas, pero aquí suena bastante sospechoso ¿no?). Pero no todo es queja, ya que el domingo fue mi cumpleaños y me la pasé a todo dar. Antes que nada, me lancé a Walmart por uno de esos muebles que armas tú mismo y que tenía muchas ganas de comprar desde hacía meses. Incluso recuerdo una vez que fui con todo y cinta métrica para checar si cabía mi tele ahí y, luego de mil mediciones, una ñora se paró a preguntarme cuánto medía el mueble... y yo de buena gente le pasé el dato, sólo para encontrarme con la novedad de que se lo llevó media hora después. Y esta vez casi me lo ganan de nuevo, pero ora sí no me aparté de la caja hasta que un empleado trajo el diablito para moverlo (y de buena onda lo acarreó hasta la casa). Así que por fin soy el orgulloso dueño de un montón de tablas y tornillos que, si entiendo el mapita, se convertirán en lo que llaman un "Centro de Entretenimiento", y que consiste en un espacio para poner la tele y otro para la Betamax (o el blu-ray, como gusten) y un chorro de cajones para películas. Y para completar el conjunto me llevé también un librero donde pienso poner mi colección de revistas OXM (que no son porno, por si se lo preguntaban). Luego fui con la familia a comer al Hostal de los Quesos (siempre buena opción) y a conocer el City Market que está enfrente (una tienda muy acá para dártela de pirrurris). Y, ya por último, pasé a Liverpool a ver qué había de bueno y me llevé un osito Bolo de puro coraje, pues ese será el único recuerdo navideño de 2009 por culpa del metro. Nos vemos. ^_^