Andanzas por la Zona Rosa

12 días han pasado desde que empecé a vivir por mi cuenta y ya han ocurrido cosas interesantes. Para empezar, conocí a los vecinos de abajo y un día se quedaron sin luz (pero yo no, qué raro ¿no?), así que cargaron con todo y máquina para la casa, con el fin de terminar un proyecto que tenían pendiente y en el que trabajaron toda la noche. Luego se me ocurrió ir a visitar la Zona Rosa (sitio que desconocía al estar muy alejado de mis rutas comerciales) y para ello llevé a mi compañera en el crímen, Claudia. El plan era buscar un barecillo donde pudiéramos platicar, tomar algo e inspeccionar el ambiente, pero todos los antros tenían la música muy fuerte y no se antojaba entrar, así que nos conformamos con sólo dar una vuelta por los alrrededores. En algún momento pasamos frente a un sitio llamado "Papi" y nos quedamos de a seis con el espectáculo: varias parejas gays (de hecho, casi toda la Zona es gay) se estaban comiendo a besos ahí dentro. ¡Órale, eso no se ve todos los días y menos en mis viejos rumbos! Lástima de las muñecazas. :p

Ahora estamos planeando visitar uno de esos cantabares que hay sobre Insurgentes para ver qué tal se pone el ambiente (y para hacer el ridículo, inevitablemente). También tengo algunos objetivos secundarios en la agenda, aparte de andar de fiesta, pero de momento no les puedo adelantar nada, así que estén pendientes de más aventuras del "Lic y la Ciudad". Nos vemos.

Nuevo espacio, prueba superada

Tengo una amiga a la que hace seis meses acompañé a su casa y desde que conocí el rumbo pensé: "Yo tengo que vivir aquí". Bueno, pues hace dos días se cumplió mi deseo. De hecho, yo sabía que mudarme era una posibilidad desde hace tiempo, pero no quise contar nada hasta estar seguro de que realmente podía lograrlo. Claro que sobre la marcha se presentaron algunos inconvenientes que me hicieron titubear, pero uno no puede pasarse la vida esperando que todos los semáforos se pongan en verde para avanzar y por eso aquí estoy, escribiendo desde un nuevo espacio. :)

Frente al edificio tengo una Universidad y a un costado una escuela primaria, por lo que hay muchísimas opciones para salir a comer, aparte de papelerías y negocios de todo tipo. Vivo rodeado de estudiantes y el cambio me agrada. Lo único que no me gustó fue la bienvenida que me dieron unos vecinos que estuvieron peleando toda la noche a gritos del otro lado de la pared, pero las cosas buenas superan por mucho a las malas y me siento contento de haberme independizado finalmente. Esa era otra meta que tenía pendiente desde el año pasado y hoy ya es una realidad. Ahora sólo debo cuidar mis finanzas y buscar la forma de ganar más para poder solventar el gasto que representa vivir solo... bueno, ni tan solo pues estaré compartiendo el espacio con Karla (pero esa es otra historia). Espero poder tomar algunas fotografías para que vean cómo es el departamento y la zona donde estaré viviendo nuevas y emocionantes aventuras a partir de ahora. Nos vemos.

P.D. No hubo fiesta de inauguración, pero sobre la marcha inventaremos algún pretexto para celebrar.

¡Por fin supe mi tipo sanguineo!

Ayer por fin supe que tipo de sangre tengo. Aunque no lo crean, pasé 34 años de mi vida sin preocuparme por saberlo pues nunca hice ni necesité una donación de sangre. Pero todo eso cambió hace unos días, cuando supe que una tía mía necesita hacerse una operación de alto riesgo que requiere de varios donadores. El procedimiento que le harán tiene tantos factores negativos que francamente no quiero ni pensar en eso, pero mi preocupación inmediata era que el laboratorio me fuera a contagiar de algo malo, pues conozco casos de negligencia en los que el donador termina infectado de cosas como VIH.

Pero bueno, luego de doce horas de ayuno me dirigí al lugar donde tomarían la muestra de sangre para saber si soy o no compatible con el tipo sanguíneo de mi tía y me atendió una joven que no era muy hábil en el uso de jeringas, pues no le atinó a la primera. La aguja parecía ser más gruesa de lo normal y sentí que la clavó muy hondo, casi como si quisiera tomar una muestra de mi hueso (jejeje). Lo que me pareció muy interesante fue ver esos tubos llenarse con mi sangre, todo un espectáculo para alguien que nunca había tenido necesidad de hacerse estudios. Al día siguiente pasé por los resultados y al parecer soy B negativo, igual que mi tía. Eso significa más inyecciones y agujas en el brazo, así como más probabilidades de que algo malo pase, pero todo sea por ayudar a la familia. Esperemos que esta historia tenga un final feliz. Aunque no me puedo quejar, pues luego de ésto supe que soy menos propenso a ser diabético... además, ya conozco mi tipo de sangre, por cualquier cosa. :p

Y hablando de inversiones

¿Saben cuánto les da a ganar el banco por cada 20 mil pesos que tengan ahorrados? 8 pesos mensuales. Eso significa que en un año ganarán apenas 96 morlacos, lo cual es una burla pues la comisión por anualidad es de 109 pesos. Una alternativa a este descarado robo son los llamados fondos de inversión, que pagan más o menos el 0.7% mensual (por cada 20 mil saldrían 140 pesos, pero aún así, la ganancia anual sólo alcanzaría los 1,680 pesos). Claro que también existe la posibilidad de arriesgarlo todo en la bolsa de valores y aumentar la tasa de interés hasta en un 45%, pero ahí el riesgo es gigantesco y pueden perderlo todo en un día, sobre todo ahora que los mercados internacionales sufrieron pérdidas importantes.

¿Y por qué tanto interés en invertir? se estarán preguntando. Bueno, para empezar me parece interesante la posibilidad de que sea el mismo ahorro quien cubra todos los gastos que se presentan mes tras mes. Si lo piensan, con un millón de pesos bien invertidos podrían estar ganando hasta 7 mil mensuales en puros intereses, de manera que estos cubran sus gastos inmediatos y les quede su sueldo libre para lo que sea que quieran hacer. Incluso podría llegar el momento en que se olviden de trabajar, pues su inversión les estaría dando lo suficiente para cubrir todos sus gastos, sólo es cosa de reinvertir el dinero de manera constante y no gastar de más, estar atento a nuevas oportunidades y saberlo administrar. No tiene ningún sentido guardarlo indefinidamente en el banco, a menos que sean bien gastalones y ya les urga ir a comprarse algo en cuanto tienen efectivo en las manos. Pero aún si nunca lo intentan, al menos ya aprendieron algo nuevo en este espacio (que por cierto nunca se metió en finanzas, pero a fin de cuentas trata sobre cualquier tema). Nos vemos.