
Creo que algo no me cayó bien ayer. No sé si fue el agua de avena (que manía tiene la gente de hacer aguas de sabores extraños, ¿no?), la sopa tarasca (frijol, cilantro y chile, una combinación peligrosa) o el mixchiote de venado a medio cocer (lo más seguro es que fueron las tres cosas), pero me cae que "ya no lo vuelvo a hacer" (frase célebre de quienes no aprenden la lección). Bueno, al menos hoy ya no se siente tanto frío como ayer, porque no hay nada peor que salir corriendo al baño de madrugada (igual que los monitos de Sims cuando ya se están flamenado) mientras disfrutas de temperaturas bajo cero por culpa de algún temporal en la costa de no-sé-dónde. ¡Rayos! y pensar que ya estaba parado frente a la pizarra de Burger King, listo para ordenar algo "ligerito" como un combo Extreme para llenar el tanque, pero como no veía que le echaran ganas los empleados mejor me fui a la fonda de mi casa y salió peor. Y desde hace varios días tenía ganas de comer en Burger King, pero ya ven. Capaz que me hubiera pasado lo mismo, pero al menos habría tolerado más este tormento chino. :p
Pasando a otro asunto, hoy una amiga se lanzó al maratón de Nueva York junto con su banda de corredores expertos. Y si todo sale de acuerdo al plan, estarán llegando a la meta en los lugares 49,998, 49,999 y 50,000 (de 50,000 participantes) jajaja. Ojalá nos traiga algún recuerdito de por allá, mínimo la revista del avión o una bolsa de cacahuates. Si hay fotos, prometo publicar siquiera una aquí mero. Bueno, eso es todo, síganse divirtiendo y ¡Feliz Día de Muertos!
PD. Los gringos usan esa sonsera de "Super Size me" para decir que quieren todo tamaño familiar, como las cubetotas de palomitas en el cine y los vasos extra grandes. No por nada tienen tanto ciudadano corpulento, por no decir gordazo. Aunque los mexicanos no vendemos piñas ¿eh?