martes, 20 de septiembre de 2011

Los Expedientes Secretos X

Mi papá tiene la costumbre de pedir cosas como niño en juguetería: "¿Me compras ésto? ándale". Por eso no me extrañó que quisiera unos DVDs cuando fuimos a la tienda. Afortunadamente no costaban más de 200 pesos, así que pagué y me fuí sin poner atención a lo que acababa de comprar. Y un mes después ahí estaban los DVDs, arrumbados y sin usar, por lo que opté por verlos yo mismo. Era la temporada uno de los Expedientes Secretos X (The X-Files), serie que nunca llamó mi atención, a pesar del gran éxito que tuvo en su momento.

Eso fue hace 4 meses, y lo sé bien porque me acostumbré a ver una temporada al mes. Ahora puedo decir que es una buena serie, pero con ciertos altibajos. Cada temporada tiene episodios clave (cuatro o cinco) que revelan una conspiración global en la que están involucrados muchos personajes y que son los más interesantes. El resto son episodios de relleno en los que se investigan eventos paranormales que a veces son muy buenos y luego rayan en lo absurdo. 

Entre los episodios memorables hay uno llamado Home que es pura tensión de principio a fin y que asusta de manera involuntaria, al mostrar situaciones a las que ningún ser humano está acostumbrado. Y como al final de cada temporada aparece el creador de la serie (Chris Carter) hablando de los episodios más destacados, no me extrañó que iniciara con éste. Y, según dice, en su momento fueron no sólo censurados, sino advertidos de que estaban cayendo en la vulgaridad y el mal gusto. Aún así, Carter siguió adelante y yo le aplaudo por haber ignorado a la crítica, pues Home es el ejemplo de lo que se puede lograr cuando los guionistas no tienen miedo de llevar la historia hasta sus últimas consecuencias.

Finalmente, cuando una serie llega a su quinta temporada y sigue sorprendiendo al espectador, es que vale la pena verla. Sí, hay episodios que no están a la altura de los llamados "mitológicos", pero aún así la recomiendo. La verdad está allá afuera, pero no confíes en nadie.

miércoles, 7 de septiembre de 2011